Boomerang

Siempre ha sido el mismo. Él va y viene. Se desaparece, le pierdo el rastro, no sé de él y nos olvidamos por un tiempo. Pero luego reaparezco, o se aparece él; volvemos con más... o menos fuerza, pero volvemos. Siempre llegando a algo, aunque parezca nada, amigos, conocidos, amantes, nunca una pareja común. Creo que eso jamás lo seremos. Nos acostumbramos a no acostumbrarnos a nuestra presencia. Estamos bien con el hecho de saber que puede que mañana ya no estemos, y lo aceptamos así. Sé que hoy lo tengo, pero de pronto luego ya no; él también lo sabe -cree- que es mi dueño, pero en el fondo es consciente que no es así, me conoce, y sabe que no tengo uno. Sabe que ahora puedo estar en sus brazos, acariciándole el alma, metiéndome en su existencia, durmiendo en sus sábanas, y luego irme indefinidamente, perderme en otros brazos, dormir en otra cama, y besar otros labios. 

No nos importa. Somos unos locos descarados, tanto, que ni siquiera pensamos en ello. El es tan parte de mí como yo de él, y no podemos vivir el uno sin el otro. Tenemos tanto en común, que nos hace repeler. Él sabe como sacarme de quicio, y yo sé como descomponerlo en un santiamén, incluso compartimos el signo zodiacal, "somos leo, nada que hacer", le digo cada vez que me debate alguna idea y me niego a darle la razón. 

"Eres mi favorito", le digo, "y tú la mía", me responde, y le creo. No hay rabia, celos, ni resentimiento. No me importa, hace mucho dejó de importarme. Sé que ocupo un lugar dentro de él, ¿donde?, no sé muy bien, pero allí estoy, tan metida en él como él en mí, aunque a veces se me olvide, aunque al pasar un tiempo me pregunten por su nombre y me tome un par de segundos recordar quien es y por qué no está conmigo ahora. Lo recuerdo y me rio, "ya volverá", pienso. Sé que el también cree que siempre llegaré a él, y sé también que esto es temporal, que un día ya esto dejará de ser, encontraré mi lugar como él el suyo, entonces ya no seremos más, y nunca encontraremos un camino de regreso; sin embargo, sé que por siempre al escuchar mi nombre mirará hacia atrás y con nostalgia sonreirá, entonces recordará nuestra frase favorita: nunca moriremos, what is dead, may never die. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Luto.

Carta a un amor perdido

No es amor