GHOSTING

No sé que pasó. Cada noche sigo visitando tu perfil viendo tus fotos, pensando en lo bonito que fue mirar tus ojos de cerca y probar tus labios. Rojos, suaves, deliciosos. Sigo gastando las fotos que me enviabas, haciéndoles zoom, recordándome contigo. Me gustó conocerte, saber más de ti, entender tus pasiones y escuchar tus sueños. Quisiera haberme podido abrir más contigo, pero no quería, no debía... Necesitaba blindar mi corazón, no dejar que fueras tan adentro, me estaba preparando por si te ibas, por si desaparecías, por si... Pasaba lo que pasó. ¿Qué pasó? Todavía me lo pregunto. Me lo pregunto como te lo pregunté y me dijiste que nada, que todo normal, y luego... desapareciste. 

Te fuiste de mi vida, de mi lado, de mis sábanas, de mi presencia, pero no de mis pensamientos. No paro de preguntarme por qué, por qué, ¿qué fue lo que hice, lo que dije? ¿O tal vez fue que encontraste alguien más? ¿Alguien mejor? Más bonita, más inteligente, menos complicada, más cariñosa y menos miedosa. Más fácil de entender, de llevar. Más tranquila... ¿O tal vez fue algo que te dijeron? ¿Qué fue lo que te dijeron? No lo sé. No sé nada, son muchas preguntas para tan pocas respuestas. 

Sigo buscándote en todas partes; en los lugares que frecuentábamos, en los ojos de tu familia, en las canciones que cantábamos, en los secretos que nos compartimos, en el enemigo que vencimos. Yo te sigo buscando en otros ojos, en otros labios, en otros brazos y en otras risas; pero no son tan oscuros, tan suaves, tan fuertes y tan sonora, como los tuyos. No son nada, porque son de otro, no tuyos. Si un día lees esto, sabrás que es para ti, entonces, espero no sea tarde para ayudarle a dar descanso a mi alma angustiada, y me darás una respuesta, me dirás el porqué. Aunque duela, aunque llore, aunque sea tonto, aunque ya no me importe, así como ahora no te importa a ti.

Que me ghosteen también son cosas que me pasan.

Untándome caladryl, yo.